Sunday, December 7, 2014

Tuesday, November 25, 2014

25n


Hoy es 25 de noviembre.
El día contra la violencia de género.
Morados con nombre de mujer.
También es el cumpleaños de gente.
Y es martes.
Martes de mierda.
Hay amarillo. Y gente que llora en bancos.
Y felicidades en desagües a los que nadie se quiere asomar.



Sunday, October 12, 2014

HeForShe






Este fue el discurso que pronunció la actriz de 24 años de edad:
"Fui nombrada embajadora de buena voluntad de la ONU hace seis meses y he descubierto que mientras más hablo del feminismo, más caigo en cuenta de que luchar por los derechos de las mujeres es para muchos sinónimo de odiar a los hombres. Y si de algo estoy segura es de que esto tiene que terminar. Para el registro, feminismo, por definición, es creer que tanto hombres como mujeres deben tener iguales derechos y oportunidades. Es la teoría política,  económica y social de la igualdad de sexos.
Me empecé a cuestionar sobre la igualdad entre los géneros hace mucho tiempo. A los ocho años, por ejemplo, me preguntaba por qué me llamaban mandona por querer dirigir una obra para nuestros padres cuando a los chicos no les decían lo mismo. A los 14, (cuando ya trabajaba en el cine), comencé a ser sexualizada por ciertos grupos de la prensa. A los 15, mis amigas rechazaban unirse a equipos deportivos para no parecer masculinas. A los 18, mis amigos varones eran incapaces de manifestar sus sentimientos. Entonces decidí que era feminista.
Esto no parecía complicado para mí, pero mis investigaciones recientes me han demostrado que feminismo se ha vuelto una palabra poco popular. Las mujeres han decidido no identificarse como feministas por que, aparentemente, ante los ojos de otros, esta expresión las hace ver agresivas, anti- hombres y hasta poco atractiva. ¿Por qué se ha convertido en una palabra incómoda?
Yo nací en el Reino Unido y creo que es justo que me paguen lo mismo que a mis compañeros varones. Creo que es lo debido que yo pueda tomar decisiones sobre mi propio cuerpo y que las mujeres sean parte de las políticas y decisiones que afectarán a mi vida. Creo que, socialmente, merezco el mismo respeto que un hombre. Pero, lamentablemente, puedo decir que no existe un solo país en el mundo en el que todas las mujeres puedan ver estos derechos cristalizados. Ningún país en el mundo puede decir que ha alcanzado por completo la igualdad de género. Estos derechos, que yo considero derechos humanos, no son para todas... soy una de las pocas afortunadas.
Me considero privilegia porque mis padres no me quisieron menos por haber nacido mujer y porque en mi escuela no me limitaron por serlo. Mis mentores (en la actuación) no asumieron que yo llegaría menos lejos por la posibilidad de que en algún momento me convierta en madre. Y estas son las influencias que me han hecho la persona que soy hoy. Ellos pueden no saberlo pero ellos son los embajadores de igualdad que están cambiando el mundo.  Necesitamos más como ellos. Y si todavía odias la palabra feminismo, te diré que no es la palabra lo importante. Es la idea y la ambición que hay detrás, porque no todas las mujeres tienen los mismos derechos que yo tengo hoy. En realidad, estadísticamente, muy pocas los tienen.
En 1997, Hillary Clinton dio un famoso discurso en Beijing sobre los derechos de las mujeres. Lamentablemente, aquellas cosas que ella deseaba cambiar en esa época son hoy todavía una realidad. Menos del 30% de los que le oían eran varones. ¿Cómo podemos esperar un cambio cuando la mitad de ellos está invitado a participar de la conversación?
Hombres, me gustaría tomar esta oportunidad para hacerles llegar una invitación formal. La igualdad de género también es tu problema. Hasta la fecha, veo como el rol de mi padre es valorado menos por la sociedad pese a que ha sido igual de importante en mi vida que mi madre.  También he visto a hombres aguantando el dolor de una enfermedad mental por miedo a pedir ayuda porque eso los hará ver menos masculinos. De hecho, el suicidio en el Reino Unido es lo que más hombres mata. Los he visto asustados de lo que se les indica que es el éxito para un varón porque los hombres tampoco tienen los beneficios de la igualdad.
No hablamos sobre hombres encarcelados por los estereotipos de su género, pero allí están. Si al hombre no se le hace creer que tiene que ser agresivo, la mujer no será sumisa. Si al hombre no se le enseña que tiene que ser controlador, la mujer no será controlada. Ambos. Hombres y mujeres deben sentirse libres de ser fuertes. Es hora de que veamos a los géneros como un conjunto en vez de como un juego de polos opuestos. Debemos parar de desafiarnos los unos a los otros. Ambos podemos ser más libres y de esto es de lo que se trata la campaña: de libertad.
Quiero que los hombres se comprometan para que así sus hijas, hermanas y madres se liberen del prejuicio y también para que sus hijos se sientan con permiso de ser vulnerables, humanos y una versión más honesta y completa de ellos mismos.
Ustedes deben pensar: ¿Quién es esta chica de "Harry Potter" y qué hace aquí en la ONU? Pues es una muy buena pregunta, yo también me la he estado haciendo. Pero todo lo que sé ahora es que, realmente, me interesa este problema y quiero ayudar a que las cosas mejoren. Habiendo visto lo que he visto y teniendo la oportunidad de hacer algo para cambiarlo, es mi responsabilidad decir algo.
Edmund Burke decía que todo lo que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos y las mujeres buenas no hagan nada.
En mi nerviosismo por este discurso... en mis momentos de duda me digo firmemente: "Si no soy yo, ¿quién? Si no es hoy, ¿cuándo? Si tienes dudas cuando se te presenta una oportunidad, espero que estas palabras te sean útiles. Porque la realidad es que si no hacemos nada hoy, van a tener que pasar 75 años o quizás 100 para que una mujer pueda esperar recibir el mismo salario que un hombre por el mismo trabajo. Más de 15 millones de niñas serán forzadas a casarse en los próximos 16 años y, al mismo ritmo, no será hasta el 2086 que las mujeres de las áreas rurales de África puedan ir a la escuela secundaria.
Si crees en la igualdad, debes ser uno de esos feministas de las que hable poco antes y por eso yo te aplaudo. Para hacer el cambio necesitamos estar unidos y las buenas noticias son que ahora tenemos una organización unida. Te invito a que te dejes ver y que te preguntes: Si no soy yo, ¿quién? Si no es hoy, ¿cuándo? Muchas gracias".

Friday, September 5, 2014

Es muy peligroso definir tu identidad a través de los ojos de los hombres que compran tu cuerpo


 Si las mujeres nos rebeláramos ahora, si empezáramos a responder y a decir que esto no es poder, sino esclavitud, creo que nos crucificarían. Toda esa presión para que las mujeres adopten el porno y sus valores, al final está haciendo que todas las mujeres se conviertan en trabajadoras sexuales, cobren o no.
(N. Walter)

Tuesday, September 2, 2014

Tú y yo juntos, no cualquier hombre y cualquier mujer juntos


 La idea que muchas feministas enunciaron trataban de que hombres y mujeres debían encontrarse en la cama en un plano de igualdad, pero esa igualdad no se basaba en la falta de sentimientos sino en unas relaciones sexuales libremente elegidas, definidas por la intimidad y el contacto emocional.
(N. Walter)

Friday, August 29, 2014

El sexo se desconecta de lo emocional


 "Nuestra sociedad, cuando se trata de una mujer sin pareja, parece identificar la búsqueda de la propia identidad con la necesidad de practicar mucho sexo"
(N. Walter)

Tuesday, August 26, 2014

Una joven que no participa de la cultura del sexo, dentro de un mundo que parece no pensar en otra cosa


 Brumberg es una historiadora que ha analizado cómo ha cambiado el concepto de lo que supone "mejorar" a lo largo de los años a partir de los diarios de las niñas. Ha descubierto que 'hasta la Primer Guerra Mundial las niñas rara vez mencionan sus cuerpos en términos de estrategias para mejorar su aspecto o conflictos sobre la identidad personal. Para mejorar como persona era necesario prestar menos atención a una misma, no más, ayudar a l@s demás y esforzarse en leer o estudiar.
(N. Walter)

Friday, August 22, 2014

Muñecas vivientes III


 El rechazo a esta cultura hipersexual se desinfla porque se identifica con la liberación sexual. "Ahora resulta que si las mujeres no quieren que sus novios vayan a un club en el que pueden meterle los dedos en la vagina a otra son unas estrechas, igual que si dicen que no quieren ver porno con su novio. Pero liberarse sexualmente... Bueno, no creo que eso quiera decir que estamos obligadas a aceptar y disfrutar este tipo de entretenimiento sexual, inventado por los hombres buscando su propio placer".

(N. Walter)


Sunday, August 17, 2014

Muñecas vivientes II


 El mercado está adoptando y reforzando un determinado comportamiento de tal modo que para muchas jóvenes es difícil encontrar algún espacio en el que se reivindiquen otras visiones de la sexualidad femenina y otras manifestaciones de su poder. Al apropiarse del discurso de la libre elección y la liberación, esta cultura crea espejos deformantes que impiden a mucha gente ver con claridad hasta qué punto estas supuestas elecciones pueden suponer una limitación. Parece que ahora muchas jóvenes creen que la única seguridad en sí mismas que merece la pena tener es la sexual, y que esta solo se adquiere adaptándose a la imagen que proyecta el porno blando de una jovencita bronceada, depilada y con grandes pechos lista para hacer un número de streptease. Esta cultura es incapaz de manifestar que existen otras formas de sentirse sexualmente segura de una misma, y que hay también otros tipos de autoestima que merece la pena cultivar. Nadie debería sentirse molesto por el hecho de que algunas mujeres expresen su sexualidad de este modo en una sociedad en la que también se reconocieran, con el mismo entusiasmo, los infinitos logros de las mujeres, pero la insistencia constante en un determinado modelo de comportamiento reduce y pervierte las opciones que se ofrecen a las mujeres jóvenes.

(N. Walter)

Tuesday, August 12, 2014

Muñecas vivientes I


 La normalización de la industria del sexo refleja desigualdad. Son las mujeres las que hacen dietas draconianas y someten sus cuerpos a la cirujía, son las mujeres las que se desnudan en las discotecas mientras los hombres las jalean y aplauden; son las mujeres, y no los hombres, quienes piensan que su capacidad para acceder a la fama y al éxito dependen de lo bien que respondan a una única y reducida imagen de la sexualidad.

(N. Walter)


Sunday, June 29, 2014

De vaginas y mala leche


 Una lectora de una “revista femenina”, casualmente portadora de una vagina adulta, se dispone a escribir una carta a la autora del artículo que acaba de leer.  No te lo puedes perder.

Ilustración: Nerea

Domingo, once de la mañana. Paz. Café en mano descubro un artículo que acapara toda mi atención. “¿Por qué envejece la vagina?”. Tomo un sorbo de cafeína que me despeje. Me conmuevo tanto al pensar en la persona que publica este contenido, que me lío la manta a la cabeza y no puedo más que teclear en mi ordenador las siguientes líneas:
Me dirijo a usted en calidad de lectora de su revista, para ofrecerle todo mi conocimiento sobre el tema que le preocupa, que no es mucho, pero estimo suficiente para el caso. Entendiendo su preocupación por nuestras vaginas, no le quiero hacer esperar más para saber la respuesta. 
Verá, las vaginas envejecen porque las mujeres que las portan envejecen también. Responde a un complejo proceso que se ha gestado durante millones de años. Se llama vida.
Lamento que usted no conociera tan importante dato antes de publicar su trabajo. Es una verdadera lástima porque podría haberme llamado a mí, casualmente soy portadora de una vagina adulta, y podría haberle ahorrado la pregunta, incluso el artículo entero, sí, para qué voy a engañarle.
Supongo que no me llamó usted, porque aparte de desconocer mi existencia, quiere que tenga la oportunidad de consumir esos productos tan punteros, y tan de moda que publicita a lo largo de todo su artículo, aunque parezca que los ha colocado ahí como quien no quiere la cosa, como quien ilustra unas letras con lo primero que tiene a mano, como ejemplos distraídos con números de teléfono y direcciones al lado.
Hablo de las intervenciones con anestesia local que usted nos recomienda para solucionar lo que describe como nuestro problema de “envejecimiento” vaginal. Hablo de ese tratamiento láser que usted nos invita a probar al final de algún párrafo para que todas podamos blanquear nuestras vulvas y lucirlas rosas como las nubes de algodón. Hablo de esas cirugías para que estemos prietas después de los partos, acompañadas de cremas carísimas para atenuar las cicatrices, que hay que aplicar sin descanso, porque no sólo basta con ponerse delgada un mes después de dar a luz, también hay que rejuvenecer rápido para que nadie lo note.
Déjeme decirle que lo entiendo, y es que tenemos que dar a nuestras parejas el placer que merecen. ¿Cómo vamos a permitir que piensen que esos labios vaginales diminutos, delgados y de un rosa brillante existen sólo en el porno? Eso sería perturbador para todos. Además sé que debemos asegurarnos de que no encuentren ni un solo pelo por el camino, porque eso estropearía la magia.
Cuando el vello existía en nuestro sexo, todo era diferente. No veíamos nuestras vulvas oscuras, desconocíamos que eran antihigiénicas, y no teníamos un complejo que nos hiciera consumir cuchillas, láser, cera, blanqueantes de piel, y desodorantes íntimos, y eso estaba muy mal. 
Lo entiendo, sé que debemos sudar y llorar mientras una desconocida nos arranca sin piedad los pelos que nos crecen en el cuerpo, vaya usted a saber por qué, de forma sistemática. Lo entiendo, porque somos mujeres, porque nuestra prioridad consiste en eso, porque luego ya vendrán nuestras propias aspiraciones. El deber es el deber.
Lo entiendo y no puedo más que ofrecerle mi apoyo la próxima vez que usted quiera responder a tan difíciles preguntas. Y sin más me despido. No quiero quitarle a usted el preciado tiempo del que dispone para hacernos entender que el mundo del rejuvenecimiento vaginal debe ser otra nueva prioridad en nuestra vida como mujeres.
Reciba un afectuoso saludo una mujer con sexo estándar, de esos que tienen colores, formas y tamaños diferentes. Quizás pruebe alguna intervención de las que usted publicita, pero mucho me temo que tendré que explicarle a mi pareja que está durmiendo con una mujer y no con un bebé cerdito brillante. Gracias por su ofrecimiento, pero puede quedarse usted con todo su arsenal de publicidad apisonadora de la autoestima para sí. Que tenga un buen día.
Amanda (28), Tenerife (Islas Canarias, España)

http://www.proyecto-kahlo.com/2014/06/por-que-envejece-la-vagina/

Sunday, June 22, 2014

Sunday, June 15, 2014

El Gobierno indulta a un Guardia Civil que grabó una agresión sexual con su móvil


 El Gobierno concedió, en el Consejo de Ministros del pasado 30 de mayo, ocho nuevos indultos, recogidos en el BOE de hoy. Tres de ellos han sido para condenados por delitos contra la salud pública y otros tres por robo. También recibió la medida de gracia en esta tanda un guardia civil condenado por omisión del deber de perseguir delitos que había sido condenado a seis meses de inhabilitación de empleo o cargo público. El indulto cambia esa pena, que implica la pérdida de plaza de funcionario, por una multa de unos 500 euros, por lo que seguirá ejerciendo en el cuerpo.
Según los hechos probados que narra la sentencia, el hombre subió a un tren con un amigo, que lanzó improperios de contenido sexual a una mujer sentada al lado, llegándole a tocar el pubis. Mientras, el guardia civil grababa todo con el móvil y se reía de la situación. Su compañero de viaje fue condenado por delito sexual y lesiones (agredió a otro pasajero que intentó frenar el asalto) y él se quedó con la condena por omisión de perseguir delitos que ahora ha sido convertida en una multa.
El buscador público del CGPJ (CENDOJ), que debería contener todas las sentencias dictadas por tribunales superiores, no incluye la de este hombre (un problema habitual), por lo que hemos tenido que recurrir a una editorial privada y de pago para conseguir la sentencia.
El octavo indultado es Juan Miguel Vives Cutillascondenado en Cuba en 2008 a 18 años de cárcel por tráfico de drogas. Vives volvió a España a finales de 2012 junto a Ángel Carromero. Ambos fueron trasladados a España para cumplir sus respectivas sentencias. La diferencia es que Carromero llegó a España apenas seis meses después de que se dictara sentencia de cuatro años contra é por la muerte de dos personas (Oswaldo Payá y Harold Cepero) en el coche que conducía el secretario general de Nuevas Generaciones en Madrid.
El indulto a Vives Cutillas, que pasó unos cuatro años en una cárcel cubana, conmuta su pena a la mitad y la deja en nueve años. El preso ya ha cumplido seis de ellos.
Con estos ocho, el Gobierno ya suma 68 indultos en lo que llevamos de 2014 y 806 en toda la legislatura. 2013, con 204, fue el año con menos concesiones de indultos de la democracia. Lasúltimas medidas de gracia concedidas fueron las que se repartieron con motivo de la Semana Santa a distintas cofradías españolas.

http://www.lamarea.com/2014/06/14/el-gobierno-indulta-un-guardia-civil-que-grabo-una-agresion-sexual-con-su-movil/

Sunday, May 11, 2014

Hombre, escucha: la noche y la calle no son tuyas


“NO VAYAS SOLA, TE PUEDE PASAR ALGO” – SE ENSEÑA A LAS CHICAS A TENER MIEDO PERO NO A DEFENDERSE DE LAS VIOLACIONES

Las mujeres crecen entre mensajes que les alertan del peligro de ser violadas por la calle, pese a que la mayor parte de agresiones sexuales las cometen hombres conocidos. Se enseña a las chicas a tener miedo pero no a defenderse. 
“Pídele a algún amigo que te acompañe”. “Hazme una llamada perdida cuando llegues”. “Voy contigo, que me quedo más tranquila si te veo entrar al portal”. Estas son algunas de las frases que las mujeres acostumbran a escuchar cuando salen de fiesta o vuelven a casa de noche en un día cualquiera. La idea que subyace es que una mujer sola en la calle es una víctima potencial de agresiones sexuales por parte de hombres y que, por ello, la calle –incluso esa que recorre a diario– es un territorio hostil.
Ilustración del reportaje 'No vayas sola, te puede pasar algo', del número 2 de Cuadernos de eldiario.es. / Emma Gascó
“Las jóvenes emplean continuamente, de forma normalizada y naturalizada, consciente o inconsciente, mecanismos de protección frente a este miedo preprogramado”. Es una de las conclusiones que aporta la investigación Agresiones sexuales: cómo se viven, cómo se entienden, realizada por la consultoría Sortzen para el Gobierno vasco, para la que se realizaron grupos de discusión con chicas jóvenes, mujeres inmigrantes, padres y madres de adolescentes, profesorado y hombres (incluidos algunos organizados contra el sexismo). Las chicas reconocieron hábitos como coger un taxi para recorrer una distancia corta a la hora de volver a casa, hacer una llamada para confirmar que han llegado bien o pasar por ciertos lugares corriendo. Se trata de un miedo presente en todas las chicas que se “retroalimenta de otros relatos de miedo y se transmite generacionalmente”, señalan en el estudio. Las que habían sufrido una agresión reaccionaron limitando aún más sus movimientos.

El guión del miedo

Una joven camina sola de noche. Un desconocido la persigue. Ella corre, pero él la alcanza. La viola. A veces, sólo después de forzarla, la asesina. Esa escena, que hemos visto en infinidad de películas de Hollywood, se ha quedado anclada en nuestra memoria. La experta en políticas de prevención de violaciones Sharon Marcus habla de la violación como un guión preescrito que marca la vida de las mujeres, desde antes de haber sufrido agresiones. Frente al fantasma de la violación como destino inevitable, ella propone analizar en detalle qué sucede en los intentos de violación para desarrollar estrategias efectivas de prevención. 
Lohitzune Zuloaga, socióloga experta en políticas de seguridad, confirma que en las encuestas sobre inseguridad ciudadana la población femenina “expresa unos porcentajes de inseguridad significativamente mayores que los varones”, y que se sienten con más probabilidades de sufrir delitos como tirones de bolso, atracos, estafas y, sobre todo, agresiones sexuales, pese a que (salvo en el caso de los delitos contra la libertad sexual) el perfil de víctima de delitos que arrojan las estadísticas policiales es el de un varón entre 20 y 50 años.
Zuloaga indica que las violaciones y abusos sexuales conocidos en España no alcanzan el 0,4% del total de las infracciones registradas. Aunque reconoce que es un tipo de delito que se denuncia poco, debido al “costo social y personal” que conlleva el proceso, concluye que “el miedo que sentimos las mujeres a ser víctimas de una agresión sexual grave es muy desproporcionado en comparación con las probabilidades reales que tenemos de sufrirla”.
¿Se trata entonces de un miedo irracional sin fundamento? En absoluto. Zuloaga lo atribuye a que “las mujeres hemos sido educadas en la idea de que tenemos altas probabilidades de ser violadas y de que tenemos que estar alerta frente a la violencia que puede sufrir nuestro cuerpo y protegerlo. Esta percepción se consolida en la literatura criminal, las películas y las series de televisión, donde es habitual que las víctimas femeninas de delitos sean mujeres violadas”.
Diversas autoras feministas han tratado de explicar por qué la sociedad educa a las mujeres en ese terror sexual. La periodista y activista Susan Brownmiller fue pionera en afirmar, en 1981, que la violación no es una conducta aislada de individuos inadaptados, sino que la amenaza de sufrirla funciona como un mecanismo patriarcal para condicionar el comportamiento cotidiano de todas las mujeres, limitando sistemáticamente su autonomía y su libertad sexual. Cuando sufren una agresión, a menudo se las culpa por haber roto con el modelo de feminidad tradicional, como hizo el policía de Toronto cuando pronunció la frase que fue el germen de las Marchas de las putas, organizadas en más de 60 ciudades: “Las mujeres deben evitar vestirse como putas para no sufrir violencia sexual”.

“Lo peor que le puede pasar a una mujer”.

La escritora francesa Virginie Despentés argumenta en su visceral ensayo Teoría King Kong que la constante representación de la violación en las artes ha servido a lo largo de la historia para sostener el mito de que la sexualidad masculina es “peligrosa, criminal e incontrolable por naturaleza”.
Más de 60 ciudades han albergado 'Marchas de las putas', como esta de Lima, en respuesta a una frase de un policía de Toronto: "Las mujeres deben evitar vestirse como putas para no sufrir violencia sexual". EFE / Paolo aguilar
Más de 60 ciudades han albergado ‘Marchas de las putas’, como esta de Lima, en respuesta a una frase de un policía de Toronto: “Las mujeres deben evitar vestirse como putas para no sufrir violencia sexual”. EFE / Paolo aguilar
Uno de los fragmentos más duros de Teoría King Kong es cuando Despentés relata que ella y su amiga fueron violadas en un coche por unos chicos que las habían parado cuando hacían autoestop. Despentés llevaba una navaja, pero ni se le pasó por la cabeza utilizarla. “Estoy furiosa con una sociedad que no me ha enseñado a golpear a un hombre si me abre las piernas a la fuerza, mientras que me ha inculcado la idea de que la violación es un crimen horrible del que no debería reponerme”, sentencia. Despentés define como una “espada de Damocles entre las piernas” esa “doble obligación de saber que no hay nada tan grave y, al mismo tiempo, que no debemos defendernos, ni vengarnos”.
Las personas que participaron en la investigación ‘Agresiones sexuales: cómo se viven, cómo se entienden’ coincidieron en considerar que una violación es “lo peor que le puede pasar a una mujer”. Esta idea es peligrosa, señalan las autoras del estudio, porque “resta, a quien sufre la agresión, la capacidad de recuperarse y reinterpretar esa vivencia; fija a la víctima en el trauma”. Las chicas expresaron también que ante los abusos reaccionaban con “sentimientos de paralización,  de no saber cómo responder a la situación o de reacciones de huida y escape”.
¿Es porque se sienten más débiles? Sharon Marcus asegura que “la habilidad de un violador para atacar depende más de cómo se posiciona socialmente en relación con la mujer que de su supuesta fuerza física superior”. Frente a quienes aconsejan a las mujeres no oponer resistencia, porque el violador se pondrá más violento, la experta aporta datos de encuestas a mujeres que lograron bloquear al agresor con gestos como un comentario asertivo, un empujón o un grito, incluso en casos en los que este iba armado. Marcus lamenta que a las mujeres se les asigne el papel de ser “objetos de violencia y sujetos del temor” que se paralizan y callan ante una agresión, y defiende que “los hombres elaboran el poder masculino en relación con esa imaginaria indefensión femenina”.
Maitena Monroy lleva desde 1988 impartiendo talleres de autodefensa feminista como forma de combatir esa sensación de indefensión. Frente a los cursos de defensa personal para mujeres que se limitan a enseñar técnicas físicas, el objetivo de Monroy es que las mujeres adquieran “la actitud vital de reclamar nuestro derecho a existir sin violencia”. Para ello, el primer paso es identificar las agresiones a las que se enfrenta la población femenina en los diferentes ámbitos (la calle, la discoteca, el transporte público, la familia, etc.), cuestionar el origen de esa violencia y contar con recursos para enfrentarla. Por ejemplo, ante la situación de un hombre que la sigue por la calle, en autodefensa se refuerza el criterio de la mujer (para que no piense que está paranoica), se aprenden trucos para ahuyentar al agresor y, finalmente, estrategias (no sólo físicas) para defenderse en caso de que se materialice el intento de violación.

El papel de la familia

En la investigación de Sortzen, madres y padres expresaron que “tienen más miedo a lo que un desconocido les pueda hacer a sus hijas, aunque la realidad muestra que las agresiones por conocidos son más frecuentes”. La consecuencia, según la socióloga Lohitzune Zuloaga, es que “las mujeres estamos muy alerta ante el peligro de las ‘violaciones tradicionales’, y totalmente desarmadas para enfrentar e incluso reconocer como tales las violaciones en entornos supuestamente seguros”, como cuando un novio, amante o esposo presiona e incluso fuerza a la mujer a mantener relaciones sexuales.
Las madres admitieron en los grupos de discusión que transmiten miedo a sus hijas: “A mi hijo nunca lo previne, nunca se me pasó por la cabeza que le pudiera pasar algo; en cambio a las hijas siempre les decía ‘tened cuidado, llamadme cuando lleguéis’. Les insistimos en que vayan siempre juntas, que no beban, que no se fíen, que llamen para ir a buscarlas en coche, que cuidado con esa minifalda, que luego pasa lo que pasa”. Muchas lamentaron no saber cómo asesorar a sus hijas sin ejercer ese control excesivo. 
Maitena Monroy contesta: “Esos mensajes se lanzan con buena intención, pero transmiten que la única solución a la violencia es que las mujeres dejen de hacer cosas, lo cual implica negar derechos como el de estar solas”. Ella aboga por explicar a las chicas que “las agresiones se deben a que hay hombres machistas que no respetan los derechos de las mujeres y actúan con violencia”. Se trata de contarles “qué les puede pasar y cómo hacer frente”, pero insistiendo en mensajes en positivo como que “su cuerpo es suyo” y que tienen derecho a decidir “qué hacer con él, cómo vestir, y vivir una sexualidad libre y deseada; y a gritar y llamar la atención si alguien les molesta”. Por ejemplo, recalca que “viajar sola sí que es buena idea [pensar que tenemos que ir con alguien que nos proteja nos hace dependientes], y que tengo derecho a ello, pero que puedo sufrir agresiones; por lo que voy a prever situaciones concretas que me han pasado antes o que me den miedo y pensar cómo voy a actuar si me ocurren”.

La calle, territorio hostil

En el estudio de Sortzen, la mayoría de las jóvenes afirmaron haber sido perseguidas por hombres cuando caminaban solas de noche. Según Lohitzune Zuloaga, “el acoso sutil (y no tan sutil) al que las mujeres nos vemos rutinariamente expuestas interviene en nuestra percepción de que existe una amenaza real de ser agredidas”. Es decir, las agresiones machistas cotidianas explican esa mayor sensación de inseguridad; recuerda a las mujeres que –parafraseando un popular lema feminista– la noche y la calle no son suyas.
La indignación que le provoca “la insoportable y rancia costumbre del acoso callejero” llevó a Alicia Murillo a poner en marcha la iniciativa El cazador cazado, que consiste en grabar con el móvil a los hombres que le hacen comentarios sobre su cuerpo cuando camina por la calle. Esta actriz, cantante y activista documenta así las reacciones de los hombres (sorpresa, negar la agresión, culpar al amigo, ponerse agresivos…) cuando la mujer les responde. “El mal llamado piropo no es un halago, es otra forma que el patriarcado tiene de hacer ver que el cuerpo de las mujeres es un espacio comunitario que se puede tocar, maltratar y sobre el que se puede opinar libremente. Hace que las mujeres caminen más inseguras por las calles y, por tanto, sean más vulnerables y dependientes”, sentencia.
El miedo que tenemos las mujeres a ser víctimas de una agresión sexual grave es muy desproporcionado en comparación con las probabilidades reales que tenemos de sufrirla
Lohitzune Zuloaga, socióloga
En la actualidad, Murillo imparte talleres basados en esa experiencia, con el fin de que las mujeres se reapropien del espacio público y ejerzan su derecho a defenderse de comentarios y ataques machistas, recurriendo incluso al humor, “porque reír descaradamente es lo más subversivo y agresivo que podemos hacer ante el patriarcado”.
Las mujeres inmigrantes están especialmente expuestas y se sienten particularmente vulnerables ante el acoso machista en la calle, según refleja la investigación del Gobierno vasco. A la sensación de no manejar los mismos códigos se suma, en el caos de las inmigrantes sin papeles, el miedo a ser deportadas si acuden a la policía para denunciar una agresión. En el grupo de discusión, las mulatas y latinas expresaron que se sienten “señaladas y marcadas con un estereotipo racista” como exóticas y sexuales. Una participante relató el siguiente incidente: “Yo estaba de pie, esperando, cuando viene un hombre y me dice ‘cuánto por el polvo’. Yo no entendía de qué me hablaba. Me asusté mucho”.
A Maitena Monroy le preocupa “la sensación de impotencia, de rabia y de inseguridad que genera en las mujeres sentirse expuestas todo el rato, y el poder que eso da a los agresores que las convierten en objetos sexuales”. En sus talleres se aprenden y comparten formas de responder a agresiones recurrentes en la vida de las mujeres, como la del hombre que les toca el trasero en la calle o en el metro o el exhibicionista que les muestra el pene y se masturba, etc. Buena parte del trabajo consiste en analizar cómo las mujeres ocupan el espacio público y marcar límites a los agresores machistas a través del lenguaje corporal y no verbal.

El papel de los hombres

Una de las conclusiones de la investigación del Gobierno vasco es que, a la vez que recae sobre las mujeres la responsabilidad de prevenir las agresiones sexuales, los hombres reflexionan y debaten poco sobre este problema. Incluso los que participan en grupos de hombres por la igualdad admitieron que no han debatido sobre la violencia sexual dentro de sus colectivos. Maitena Monroy considera imprescindible que los hombres “cuestionen al machito de turno” y discutan sobre su implicación contra la violencia machista, no sólo en entornos feministas sino sobre todo en espacios masculinos, como cuando están de cañas o viendo el partido con los amigos.
Más de 700 hombres y 300 mujeres han participado en los talleres que imparte Hilario Sáez Méndez, miembro del Foro de Hombres por la Igualdad, basados en el cortometraje Mi señora, en el que un hombre acosa verbalmente a otras mujeres delante de su esposa. Sáez reconoce que la mayoría de los hombres quita importancia a las actitudes de acoso machista tanto en la calle como en la pareja o hacia amigas. Sin embargo, añade que durante los talleres muchos participantes “sintieron vergüenza de género” y entendieron que “el acoso no es más que una vieja táctica de caza para asustar a las mujeres y hacer que acepten nuestra protección a cambio de sumisión”.

Sunday, April 27, 2014

Olalla Castro


Lenta, ágil,
armada de humedad y de deseo,
desciendo por tu cuerpo
fijando mis banderas a tu espalda.
Las sábanas deshechas, 
el campo de batalla, 
reclaman una tregua acompasada;
volver con furia luego a contraernos,
firmar al fin la paz irrevocable,
con el sudor de los últimos espasmos;
suspender la guerra civil que declaramos
cuando, sobre la cama,
desafiantes y desnudos,
nos damos a la lucha cuerpo a cuerpo.